“Es el tipo de pensamiento que permite darle vueltas a un tema en la cabeza y tomárselo en serio con todas sus consecuencias”.
Se puede decir que el pensamiento reflexivo es aquel que permite al individuo buscar más allá de lo que puede ver, una explicación o entender el por qué de las cosas.
Es necesario tener claras nuestras creencias para poder reflexionar, es decir, partir de lo que sé para llegar a lo que quiero saber.
“Es importante conocer cuáles son nuestros juicios iniciales que poseemos sobre un tema, los juicios que nos impiden conocer nuevos objetos de la realidad”.
Por lo tanto la reflexión es la liberación de la rutina, la búsqueda de acciones inteligentes, el enriquecimiento de significados en lo individuos y la capacidad de valorar orientaciones adecuadas a la coexistencia de los sujetos.
“Nos se aleja a los hombres de la realidad”
La reflexión implica mostrar o dar a conocer algo mediante evidencias, es decir, no podemos afirmar algo sin tener alguna prueba que lo sustente. La reflexión sin argumentos no tiene fundamento. Para poder actuar de una manera mejor que permita al individuo ser capaz de desarrollarse como persona, dejando a un lado la rutina y tomando decisiones que lo ayuden en su vida en relación con los demás.
“Porque capacita a los individuos para oponerse a la monotonía y a la uniformidad”.
Muchas veces salirse de la rutina o de lo que está establecido es lo que se necesita para ser feliz o simplemente para sentirse bien con uno mismo.
Las certezas son aquellas que nos ayudan a recordar o formular nuevas ideas a partir de lo que conocemos para poder entender el nuevo concepto, poniendo de manifiesto los sentidos.
“Son establecidas como parte de un examen minucioso de los juicios, del establecimiento de nuevas relaciones y búsqueda de comprensión, entendida ésta como el apoderamiento de los sentidos”.
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