Semana del 22 al 26 de octubre.
Martes
El día de hoy sí pude trabajar español y matemáticas.
Me gustó trabajar español porque a los niños les gusta escuchar cuentos y siento que les agrada trabajar de manera diferente a lo acostumbrado. Sin embargo en matemáticas ocurrió lo contario porque los niños no ponían atención a lo que decía. Cada uno hacia lo que prefería y esto fue muy difícil para mí.
¿Qué sucedió? La asignatura no les interesaba, estaban cansados, querían jugar o tal vez no los motivé lo suficiente.
¿Por qué? Las actividades no fueron las adecuadas, no estaba predispuesta para dar la clase, no fue suficientemente interesante la clase, los niños estaban entrando del recreo.
¿Cómo lo atendí? Realmente no creo que lo haya solucionado de la mejor manera porque me desesperé y siento que sólo hostigaba a los niños con llamadas de atención pero simple y sencillamente no funcionaba, así que tenía que acercarme a los alumnos para que se sentaran.
¿Con que resultados? Sólo lograba que los niños me ignoraran y se volvieran a levantar, ellos conversaban y no sabía qué hacer para atraer su atención.
Miércoles
Entró un pajarito al salón y todos los niños se emocionaron, Marvin se acercó a la biblioteca del aula a buscar un libro titulado “Día y noche” que muestra diversos animales y comenzó a decir –es igualito a ese, es igualito – y la maestra no tomó en cuenta el comentario del niño, sólo le dijo siéntate.
¿Qué sucedió? La curiosidad de un niño hacia un pajarito no fue de importancia para la maestra.
¿Por qué? Los alumnos son muy curiosos y todo lo nuevo les llama la atención, la maestra no aprovechó esa situación para hacer algo, sólo decía a los niños que dejen a ese pájaro.
¿Cómo lo atendí? En ese momento sólo observé la reacción de la maestra cuando Marvin “intento” buscar en el libro al pajarito que se parecía al que entró al salón y le dije ¡muy bien Marvin!
¿Con qué resultados? Pues la maestra regañó al niño por estar parado sin saber que sólo lo hizo para agarrar el libro y “buscar” al pajarito.
Viernes
El día de hoy me tocó trabajar después del recreo, como la mayoría de las veces. Estuvo muy complicado porque la maestra se fue a Mérida y me dejó sola con los niños. Comencé escribiendo en el pizarrón el título del cuento “El lobo culto”, observaron el título y algunos lo leyeron. Comentaron con qué letras se escribieron las palabras del título.
Posteriormente leí el cuento, hacían comentarios acerca del cuento y hasta ese momento todo marchaba bien. Luego dibujé una tabla y entre todos la llenemos con los siguientes datos:
Título del cuento
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Personajes
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Dibujo
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El lobo culto.
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Lobo
Vaca
Pato
Cerdo
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En este espacio el niño debía hacer un dibujo de lo que más le gustó.
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Pero todo se salió de control al decirles que copien en una hoja la tabla con todos los datos, para colmo una niña tuvo un accidente por lo que tuve que ir a verla en el baño, lo bueno de esto es que el maestro Hamlet estaba cerca y le pedí que se quedara con los niños. Regresé al salón con la niña que se sentí triste pero nadie se dio cuenta de lo que le sucedió a la pequeña.
Conforme iban terminando los niños pegaba tareas de la casa en los cuadernos de los alumnos y se iban retirando.
¿Qué sucedió? El día estuvo lleno de imprevistos, primero el director interrumpió la lectura del cuento porque llevó unos avisos y se los repartió a cada niños, tuve que atraer de nuevo la atención de los alumnos para escuchar el cuento, luego el accidente de la niña que en parte fue mi culpa porque no sabía que tan urgente era su necesidad y como ya habían salido varios niños no podía dejar que salieran más, luego los niños no sabían qué hacer con la tabla.
¿Por qué? Mi falta de experiencia fue algo que repercutió en las situaciones que se dieron en ese momento. No observé que tan grave era la necesidad de la niña, no logré identificar cuál si era una urgencia y cuál podía esperar un poco más. En cuanto a las tablas creo que lo mejor hubiera sido darles la tabla ya hecha y solo la llenaban con la información del cuento, algunos niños si lograron seguir las instrucciones pero otros solo escuchaban una parte de ellas y realizaron lo que entendieron.
¿Cómo lo atendí? En relación con la niña en el baño pues deje encargado al maestro Hamlet para que se quedara con los demás, fui al baño y solucioné la situación de la mejor manera supongo que lo hice muy bien tanto que ninguno de los alumnos se dio cuenta de lo que le sucedió a su compañera. Al terminar las clases hablé con la mamá de la niña y acepté mi culpa explicándole que yo no la deje ir al baño porque ya habían salido varios niños, la mamá me entendió y hasta me agradeció por haber ayudado a la niña. Le pedí que no regañe a la niña porque no fue su culpa y que no sucedió algo de otro mundo.
En cuanto a la tabla, lo atendí dibujándoles la tabla y les decía que sólo escribirían las palabras en el lugar correspondiente.
¿Con qué resultados? Al dibujarles la tabla a los niños se les hizo más fácil porque solo escribieron las palabras.
En cuanto al caso de la niña, le expliqué que no debió pedir permiso si ya no aguantaba más, pero dije que solo fue un accidente y que nadie más que ella y yo sabíamos lo que sucedió, eso la tranquilizó porque dejo de llorar y al regresar al salón realizó la actividad como si nada hubiera ocurrido.
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